Los niños tienen que tener la máxima libertad para moverse y poder evolucionar siempre a su ritmo, y para ello la mejor posición es con la cabeza y la espalda apoyada sobre una superficie cómoda pero firme.
Debemos evitar el mal uso de las hamaquitas, puesto que en ellas no pueden moverse y elevar sus piernas y brazos de manera adecuada y no podrán estimular un buen tono muscular.
Esto no quiere decir que no las podemos utilizar, pero siempre en momentos puntuales, como descansar un ratito (hay niños que se sienten seguros y protegidos en ellas). De nada servirá que tengamos al niño en el suelo si está nervioso e irritable.
En resumen, debemos ofrecer a nuestros peques las mayores oportunidades de movimiento para que puedan crecer y evolucionar de una manera positiva y respetuosa.
Hay muchos papis y mamis que nos comentáis que no aguantan en el suelo, que solo quieren estar sentados… y esto es muy peligroso, ya que no tienen la musculatura tonificada para estar en esa posición.
Un niño sólo puede estar sentado cuando haya conseguido llegar a esa posición por sí solo.
Como la profe Bea os dice siempre, es muy importante tenerlos un ratito cada día en el suelo e ir aumentando ese momento y, por supuesto, acompañándolos para que se sientan seguros.
